La edad de inicio promedio es en los hombres entre los 15 y los 25 años,
y en las mujeres entre los 25 y los 35 años. No obstante puede aparecer antes o
después, aunque es poco frecuente que surja antes de los 10 años o después de
los 50 años.
LA ESQUIZOFRENIA
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martes, 6 de noviembre de 2012
¿EN QUIENES SE PRESENTA?
La enfermedad está presente de igual manera en hombres que en mujeres y todo tipo de persona es propenso a adquirirla (Guía Salud 2009), aunque se conoce que esta enfermedad normalmente se presenta en las edades entre jóvenes de 17 a 25 años aunque en algunos casos se llega a presentar desde la infancia o bien en la edad adulta. No está 100% comprado el origen de esta enfermedad o de que manera se desencadena, aunque muchos aseguran que es genéticamente hereditaria y es cuestión de que un evento suceda para que se desencadene una serie de síntomas. Este trastorno neurodegenerativo incapacitante afecta en el desarrollo de los jóvenes su familia y su alrededor.
Se ha tratado de encontrar un patrón que explique las causas exactas de la enfermedad, si es hereditaria o no y de serlo se presenta a en una edad exacta o en realidad solo existe un evento que sea capaz de desencadenar todos o algunos de los síntomas de la esquizofrenia. De la esquizofrenia se ha escrito y hablado mucho, pero la realidad es que en el fondo es la gran desconocida, o mejor dicho, lo son quienes la padecen. ya que presentan actitudes muy extrañas e inusuales esta normalmente como se había dicho se dio en los jóvenes y al termino de tenerla a gran edad es complicada de tratar ya que la gente grande con esquizofrenia sufre de grandes trastornos, cambios de humor, etc. Es importante prestar atención a los jóvenes e incluso a los infantes, pues detectar los primeros síntomas de la enfermedad puede facilitar los tratamientos o acelerar el proceso de brindarle al individuo una mejor calidad de vida.
martes, 23 de octubre de 2012
DIAGNOSTICO
El diagnóstico de la esquizofrenia se basa en la cuidadosa observación de signos y síntomas, en la exploración metódica de las vivencias de una persona, y en la acumulación de antecedentes desde todas las fuentes posibles: familia, amigos, vecinos, trabajo. No existen pruebas de laboratorio ni exámenes de imágenes que ayuden a establecer el diagnóstico, como no sea para descartar otras patologías.
Se han propuesto varios criterios a lo largo del siglo XX, dependiendo del variable concepto que se tenga de la esquizofrenia. Actualmente existen dos manuales de criterios diagnósticos que, en lo esencial, son muy similares, y tienen por objeto tanto permitir un registro estadístico más o menos confiable, como mejorar la comunicación entre profesionales. Sin embargo en la práctica clínica, las personas esquizofrénicas tienen una riqueza sintomática que excede largamente el contenido de los manuales, y hay una gran variedad de cuadros que pueden estar a medio camino de las categorías nosológicas contenidas en ellos. Estos manuales son el Manual diagnóstico y estadístico de los trastornos mentales (DSM) de la Asociación Americana de Psiquiatría y la Clasificación internacional de las enfermedades (CIE) de la Organización Mundial de la Salud (OMS). Las versiones más recientes son CIE-10 y DSM-IV-TR.
Para diagnosticar una esquizofrenia, según el DSM-IV-TR, el cuadro de la persona debe cumplir ciertos criterios:
TRATAMIENTO
La esquizofrenia es un proceso crónico, pero con buena respuesta al tratamiento. Dado que es un trastorno complejo, el tratamiento debiera ser multifacético. Existe un cierto consenso en el uso simultáneo de fármacos antipsicóticos, y de terapias psicológicas como el modelo cognitivo-conductual y psicoanalítica, y otros, y un enfoque psicosocial de redes asistenciales, hogares y talleres protegidos, que evitan las hospitalizaciones prolongadas. En estas condiciones, la esquizofrenia ha mejorado considerablemente de pronóstico en los últimos 20 años.
Se calcula que la respuesta a los fármacos puede estar condicionada hasta en un 85% por factores genéticos, por lo que ya existen en el mercado tests que recogen la información farmacogenética del paciente para que el médico pueda valorar qué tratamiento va a funcionar mejor en el paciente con esquizofrenia, en función de sus características genéticas.
La duración prolongada de la psicosis no tratada puede representar una forma diferente y más grave de la esquizofrenia que, por sí misma, se asocia a una peor evolución. El equipo del Instituto Salk de Estudios Biológicos ha logrado, gracias a la reprogramación celular, estar un paso más cerca de comprender la biología que se esconde tras esta enfermedad para probar la eficacia de los fármacos. Tras administrar diversos antipsicóticos descubrieron que sólo loxapina aumentaba la capacidad de las neuronas para establecer conexiones con sus vecinas y también afectaba a la actividad de varios genes.
"Los fármacos para la esquizofrenia tienen más beneficios de los que pensamos. Pero por primera vez tenemos un modelo que nos permite estudiar cómo funcionan en vivo y empezar a correlacionar los efectos de la medicación con los síntomas", explican los autores. "Esta investigación da un paso más hacia la medicina personalizada. Nos permite examinar neuronas derivadas del propio paciente y ver qué fármaco es el que le viene mejor. Los enfermos se convierten en sus propias cobayas", afirma Gong Chen, profesor de Biología que también ha colaborado en el trabajo.
"La esquizofrenia ejemplifica muchos de los retos de investigación que suponen las enfermedades mentales. Sin entender las causas y la biología del trastorno perdemos la capacidad de desarrollar tratamientos efectivos o de tomar medidas de prevención. Por eso este trabajo es tan importante, porque abre una nueva puerta al estudio de la patología", concluye Fred H. Gage.
SEGUNDA CAUSA
Diferente química y estructura del cerebro:
Los científicos sostienen que un desequilibrio en las reacciones químicas complejas e interrelacionadas del cerebro, que incluyen los neurotransmisores dopamina y glutamato, pueden jugar un papel decisivo en el desarrollo de la esquizofrenia. Los neurotransmisores son sustancias que permiten la comunicación entre las células. Los científicos siguen estudiando la química del cerebro y su relación con la esquizofrenia.
Además, de cierta manera, los cerebros de las personas con esquizofrenia son diferentes de los de las personas sanas. Por ejemplo, las cavidades llenas de fluido ubicadas en el centro del cerebro, llamadas ventrículos, son más grandes en algunas personas que padecen esta enfermedad. Los cerebros de las personas con esquizofrenia también tienden a tener menos materia gris e incluso algunas áreas pueden tener más o menos actividad.
Estudios del tejido cerebral en personas fallecidas revelaron diferencias en los cerebros de aquellas con esquizofrenia. Los científicos descubrieron cambios menores en la distribución o en las características de las células cerebrales que posiblemente ocurrieron antes del nacimiento. Algunos expertos creen que ciertos problemas durante el desarrollo del cerebro antes del nacimiento pueden llevar a conexiones defectuosas. El problema puede no manifestarse hasta la pubertad, cuando el cerebro experimenta importantes cambios y estos cambios pueden desencadenar síntomas psicóticos.
PRIMERA CAUSA
Genes y medio ambiente:
Los científicos han sabido por mucho tiempo que la esquizofrenia es hereditaria. La enfermedad ocurre en un 1 por ciento de la población general y en un 10 por ciento de las personas que tienen un parentesco de primer grado con alguien que padece del trastorno, como un padre o un hermano. Las personas que tienen un parentesco de segundo grado con alguien que padece la enfermedad (tíos, abuelos o primos) también tienen más probabilidades de desarrollar esquizofrenia que la población general. El riesgo es mayor para un gemelo idéntico de una persona con esquizofrenia. En este caso, existe entre un 40 a 65 por ciento de posibilidades de desarrollar el trastorno.
Los genes se heredan de ambos padres. Los científicos sostienen que hay varios genes relacionados con un aumento del riesgo de desarrollar esquizofrenia, pero no existe un gen en particular que cause la enfermedad. Investigaciones recientes descubrieron que las personas con esquizofrenia tienden a tener índices más altos de mutaciones genéticas raras. Estas diferencias genéticas implican cientos de genes distintos y es probable que afecten el desarrollo del cerebro.
Otros estudios recientes indican que la esquizofrenia puede resultar, en parte, por la disfunción de un cierto gen que es clave en la creación de importantes químicos del cerebro. Este problema puede afectar a la parte del cerebro involucrada en el desarrollo de mayores capacidades de funcionamiento.
A pesar de esto, se pueden realizar pruebas que escanean los genes de una persona sin prescripción ni asesoramiento de un profesional de la salud. Los anuncios de estas pruebas indican que con una muestra de saliva, una compañía puede determinar si una persona está en riesgo de desarrollar ciertas enfermedades, incluyendo la esquizofrenia. No obstante, los científicos no conocen todas las variaciones genéticas que contribuyen a la esquizofrenia. Y aquellas que se conocen aumentan el riesgo sólo en porcentajes pequeños. De esta manera, es poco probable que estos "escaneos de genomas" proporcionen un panorama completo del riesgo de una persona de desarrollar un trastorno mental como la esquizofrenia.
Además, es posible que no sean sólo genes los que causan el trastorno. Los científicos sostienen que debe haber una interacción entre los genes y el medio ambiente para que se desarrolle la esquizofrenia. Pueden estar implicados muchos factores ambientales, como infecciones virales y malnutrición intrauterina, complicaciones durante el nacimiento y otros factores psicosociales aún no conocidos.
CAUSA
No se conoce una sola causa de la esquizofrenia. Muchas enfermedades, tales como las enfermedades cardíacas, tienen su origen en diversos factores genéticos, de conducta, y otros factores; y este podría ser también el caso de la esquizofrenia. No se comprenden todavía todos los factores necesarios para causar la esquizofrenia, pero los expertos están de acuerdo en que la enfermedad se debe a anomalías en el funcionamiento del cerebro, algunas de las cuales han sido identificadas.
La esquizofrenia es una enfermedad de la mente, cuyos síntomas se atribuyen a anomalías en la transferencia y procesamiento de la información en el cerebro. Las células nerviosas del cerebro (neuronas) se comunican entre si liberando compuestos químicos (neurotransmisores) desde sus extremos. Muchos de los síntomas de la esquizofrenia han sido vinculados a anomalías en la actividad de ciertos neurotransmisores en particular.
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